Los ingredientes activos de las hierbas actúan interactuando con las células y tejidos del cuerpo. Por ejemplo, algunos alcaloides pueden unirse a receptores del cerebro y estimular el sistema nervioso central. Otros alcaloides pueden impedir que las señales de dolor lleguen al cerebro. Los flavonoides pueden eliminar los radicales libres y reducir la inflamación. Los terpenos pueden matar bacterias y hongos.